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domingo, 2 de abril de 2017

Carta abierta a los y las estudiantes del CBC

Por segundo año, los y las docentes volvemos a escribirles una carta abierta a los jóvenes estudiantes del CBC. Una carta que intentará poner por escrito lo que venimos soportando, lo que venimos enfrentando. Este año tiene la particularidad de comenzar en el marco de grandes jornadas de lucha y movilizaciones históricas a nivel nacional de la docencia de todos los niveles en respuesta al ataque a nuestras condiciones laborales por parte del Gobierno Nacional, que ha decidido imponernos a los docentes un techo salarial del 18% en cuotas, muy por detrás de la inflación proyectada, desconociendo además la pérdida del poder adquisitivo que significó la inflación del año pasado. La lucha no sólo es por el salario, sino por la defensa de la educación pública y gratuita. El ataque a los docentes es un ataque al conjunto de los trabajadores del país, ya que el techo salarial que pretenden imponernos servirá de referencia para el resto de las paritarias, profundizando el ajuste sobre las espaldas de los trabajadores. La enorme lucha que los docentes universitarios desarrollamos el año pasado logró quebrar la paritaria a 16 meses que firmó la burocracia sindical, y por primera vez en muchos años, junto al resto de los niveles educativos nos encontramos discutiendo la paritaria al mismo tiempo. En el caso de la Universidad, el gobierno ni siquiera cumplió con el acta suscrita el año pasado (que arrancamos con 22 días de paro, cientos de clases públicas actos y la movilización del 12 de mayo a la Plaza) y los rectores votaron presupuestos que no contemplan ni siquiera un punto de aumento salarial, dejándonos congelado el salario. El salario inicial de un ayudante de primera, la mayoría de los que estamos frente a curso, es hoy de $4250 por cada cargo “simple”. $8500 es el salario del cargo testigo, un 40% debajo de la línea de pobreza calculada por el gobierno de la Ciudad. Macri, Bullrich y los rectores nos quieren condenar a ser pobres. Como siempre, a esta situación de miseria salarial, se suma la permanente falta de presupuesto para los edificios, becas y boleto educativo, reclamos que aúnan a docentes y estudiantes, y que han sido disparadores de una gran cantidad de movilizaciones. Por su cantidad de estudiantes y docentes, el CBC es una de las unidades académicas más importantes de la UBA. Los más de 3000 docentes que trabajamos en las diversas sedes diseminadas por toda la capital y la provincia, tenemos la responsabilidad de ayudar a los jóvenes ingresantes en sus primeros pasos en la universidad, integrando los diferentes saberes que poseen, completando y desarrollando la capacidad de estudio de estudiantes que vienen de los más diversos lugares y experiencias. A pesar de la importancia de esta tarea, los docentes del CBC somos sin embargo los peores tratados por las autoridades de la Universidad. Los y las docentes del CBC nos encontramos, aunque cueste creerlo, con una preocupación aún más inmediata que nuestro salario: la continuidad de nuestro trabajo. Desde su creación, hace ya más de 30 años, desempeñamos nuestro trabajo en calidad de interinos, es decir, como contratados. Todos los años dependemos de que se renueven nuestras designaciones, a condición de perder nuestro trabajo, sin siquiera tener derecho a acceder a una indemnización. Las autoridades de la UBA usaron este mecanismo para discrecionalmente mantener el control de una estructura que carece además de los derechos democráticos elementales, ¡los docentes del CBC no tenemos órgano de gobierno propio ni podemos elegir a las autoridades! Resulta que las autoridades de la UBA se niegan a cumplir el Convenio Colectivo de Trabajo nacional que garantiza derechos elementales como la estabilidad laboral, y están decididas a desconocer los derechos adquiridos de los docentes luego de años de trabajo frente a curso. Para las autoridades de la UBA, ningún docente del CBC tiene su trabajo garantizado, y a pesar de dar muestras año tras año de nuestra idoneidad, pretenden que nos pongamos a competir por nuestros cargos, incluso entre nosotros. Los mismos que han abierto cátedras paralelas sin concurso, que cierran comisiones existentes para crear nuevas paralelas con docentes sin antecedentes, que eliminaron los talleres de semiología, impulsan la realización de concursos truchos en nombre de “excelencia académica”. Justamente ellos que son los responsables de degradar la educación, permitiendo aulas superpobladas de alumnos, sin calefacción o buena ventilación, sin presupuesto, modificando programas de estudios y multiplicando los cursos pagos en la universidad. Los docentes del CBC decimos basta. Desde su inicio, los auxiliares docentes que allí nos desempeñamos (ayudantes y jefes de trabajos prácticos) trabajamos en condiciones de total precarización laboral, con contratos anuales. Los docentes ya fuimos oportunamente seleccionados desde hace años, cumpliendo con todas las obligaciones de manera ininterrumpida desde nuestro ingreso a la institución, en algunos casos desde la creación del CBC. ¿Quién mejor que los docentes que tenemos años de trabajo en el CBC para ayudar a los estudiantes en sus primeros pasos en la universidad, acompañando su adaptación, enseñándoles nuevas herramientas y conocimientos generales básicos para su formación? Los docentes del CBC exigimos que se cumpla el Convenio Colectivo de Trabajo que es una ley nacional que la UBA incumple. Algo tan básico y elemental como que todos aquellos docentes que tengan más de 3 años de antigüedad en el CBC sean regularizados en su cargo y no pierdan el trabajo. Para enfrentar la posibilidad de que existan despidos de docentes (que mediante este mecanismo ni siquiera tendrían derecho a indemnización) hemos impulsado reuniones, asambleas, un petitorio que firmaron más de 1000 docentes de todas las sedes (más del 70%), y decenas de actos y clases públicas en las que seguro habrán participado. Ante la negativa de las autoridades a dar marcha atrás con su convocatoria a concursos truchos, hemos decidido sacar nuestro conflicto a la calle y explicarle al conjunto de la población nuestra situación, con el objetivo de ponerle un freno a este ataque a la educación. Por esa razón el año pasado concluimos con un acto frente al congreso de la nación exigiendo que la UBA cumpla la ley y que ningún docente quede sin su cargo y designaciones. Este año, y siempre, seguiremos batallando por defender nuestra estabilidad laboral y los llamamos a acompañar nuestra lucha. Somos conscientes de que la unidad de los docentes y estudiantes es la mayor herramienta para defender la educación pública y gratuita. Estamos convencidos de que entre todos podemos garantizar la continuidad de todos los docentes que han estado a lo largo de estas más de 3 décadas defendiendo el CBC. • Regularización ya de todos los docentes con más de 3 años de antigüedad • Ningún cargo ni designación menos en el CBC • Estabilidad para los ayudantes de segunda • Democratización del CBC